Los abismos y precipicios son como la cuerda tensa de la vida, cada paso encima del abismo tiene un riesgo de hacernos caer, cada paso en falso destensa la cuerda y nos hiere.
El pasado está lleno de abismos y precipicios y el hecho de poder recordarlos, de poder contarlos significa que fueron superados y, que esas cicatrices de guerra son el paso previo a la fortaleza futura.
No todos entienden que sus cicatrices son el comienzo de una nueva vida, donde el mejor jugador de cartas es el que gana la partida y da igual cómo se juegue esa partida porque el juego no tiene normas, cada cual gana a su manera y el único tiempo contemplado se llama vida.
Así que procura ganar la partida y disfrutar de ella antes de que llegue a su fin y la muerte la termine por tí.
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