Mente dominadora que deja que los feroces demonios se cuelen por cada rincón del ser haciendo que cada día sea una nueva batalla en la que únicamente sales perdiendo.
Batallas perdidas que agotan la esperanza de que todo cambie, de que por fin seas alguien libre, no atado a pensamientos que te corroen la cabeza y te destruyen el corazón.
Libertad para sentir que algún día fuiste amado y que las heridas abiertas son el motor de tus pasos.
Alma kamikaze y corazón desbocado que busca refugio en caminos equivocados, olvidándose que el mejor refugio es el de aquellos que no han fallado.
Refugio equivocado que crea puentes levadizos más altos que el propio cariño que a veces destruyen más que la propia batalla da librada.
Caminos llenos de dudas, caminos equivocados, simplemente eso.
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